Tadamum

Dos de los pequeños acogidos se han quedado por cuestiones médicas

Diario Vasco. SELENE LANCHAS | IRUN.

Los niños saharauis que han pasado el verano en Irun regresaron a casa

Como cada verano, el programa 'Vacaciones en paz' ha brindado la oportunidad a diez niños y niñas saharauis de los campamentos de refugiados de Tindouf (Argelia) de disfrutar de unas vacaciones en Irun. Tras pasar ocho semanas de diversión en nuestra ciudad y con sus familias de acogida, el pasado lunes llegó el momento de volver a casa. Se vivieron momentos muy emotivos a la hora de la despedida. Goizane Álvarez, la concejala delegada de Cooperación, comentó que «es la hora de volver a sus hogares en los campamentos de refugiados. Entendemos que es un momento agridulce para los menores y para las familias de acogida».

Verano de diversión

Slama, Nayat, Naffee, Gali, Maaluma, Aali, Yaguta y Handi han sido ocho de los niños que han vuelto a casa. Los otros dos que faltan hasta completar la decena, se quedarán un tiempo por cuestiones médicas y hasta su restablecimiento. En estos dos meses los niños han podido disfrutar y realizar diversas actividades: talleres de radio, papiroflexia, pintura, cursos de natación y de educación vial... además de muchas excursiones y un partido en el Real Unión. Pero, sobre todo, han compartido mucho con sus familias de acogida. Goizane Álvarez explicaba que durante la despedida «se entremezclaba todos: risas, besos, abrazos... La alegría era patente porque los niños han disfrutado y vuelven a casa donde sus familias les esperan con ilusión; pero la tristeza también porque hay que despedirse de con quienes han compartido estos dos meses». Desde el Ayuntamiento se da las gracias a las familias de acogida por la labor realizada, por su generosidad y por ser un auténtico ejemplo de solidaridad.

El programa 'Vacaciones en Paz' está promovido por la Delegación Saharaui en Euskadi y trabaja conjuntamente con el Ayuntamiento de Irun y la asociación Txingudi Sahararekin Tadamun. Es un símbolo de solidaridad, al mismo tiempo que sirve de recuerdo de la realidad del pueblo saharaui y sus condiciones de vida. Goizane Álvarez explicó que el programa «ofrece a los chavales la posibilidad de ver en la realidad lo que sólo conocen de sus libros escolares y les brinda la oportunidad de convivir con niños de otra cultura». Una experiencia que esperan poder seguir ofreciendo y compartiendo el próximo verano, ya enriquece tanto a los niños como a sus familias de acogida.