Tadamum

Los niños saharauis disfrutarán del verano, con sus familias de acogida

Diario Vasco. ALEXANDRA GONZÁLEZ | IRÚN.

Ya están en la ciudad los niños de origen saharaui que con tantas ganas esperaban sus familias de acogida. Ayer se celebró el recibimiento oficial de los ocho niños en el Ayuntamiento. Al acto, presidido por el alcalde José Antonio Santana, acudieron los niños con sus respectivas familias de acogida y la asociación Tadamun, encargada de gestionar la contratación de la monitora que realizará las actividades con los pequeños visitantes.

El alcalde quiso mostrar su agradecimiento a las familias que han hecho posible otro año más la realización del programa Vacaciones en paz. «La pieza clave de este programa son las familias», señaló. «Es una buena oportunidad para estos niños el poder venir y disfrutar de este programa divertido y lúdico, que tiene como objetivo fundamental el apoyo y la solidaridad». Es ya la XI edición del programa Vacaciones en paz, organizado por la Delegación de Cooperación y Tolerancia del Ayuntamiento, en colaboración con el Frente Polisario de Euskadi.
La recepción finalizó con la habitual entrega de obsequios personalizados a los niños, los cuales se mostraron contentos y emocionados abriendo sus respectivos regalos. Sudana, Beljair, Mariam, Nayat, Nafee, Slama, Hamdi y Bouba. Así se llaman los cuatro chicos y las cuatro chicas saharauis que disfrutarán en la ciudad de diversas actividades como excursiones, cursillos de natación y clases de educación vial, entre otras cosas.

Hamdi, Nayat y Sudana llevan cuatro años viniendo, Beljair y Mariam, en cambio, tan sólo dos. Pero todos ellos se muestran contentos de juntarse aquí de nuevo, con sus familias de acogida y sus amigos de vacaciones. Un par de veranos han sido suficientes para que entiendan el castellano. Bouba también es veterana. «Nos gusta venir aquí, es muy divertido», dicen las cuatro chicas. «En el Sahara hace mucho más calor que aquí. Son dos sitios muy diferentes», destacan.
Kelly Martínez es la madre de acogida de Beljair, un niño muy tímido pero que se ha amoldado muy bien al cambio. «La verdad es que es muy callado y muy tranquilo, a veces, incluso, le tengo que decir que si no habla le voy a castigar», bromea. «Lo que más me gusta de esta iniciativa de acogidas es la ayuda directa que supone para estos niños lo que estamos haciendo por ellos. Es una experiencia muy gratificante y esto lo veo en su sonrisa. La verdad es que se les coge mucho cariño».

Un mundo diferente

En sus lugares de origen, estos niños viven en condiciones muy duras, en campos de refugiados de la parte más inhóspita del desierto del Sahara, mientras Marruecos controla la parte más rica del territorio.

Slama, de 10 años, convive ahora con la familia de Mikel Balero. «Es la primera vez que acogemos a un niño en nuestra casa. Lo que nos llevó a decidirnos es el conflicto político que hay en el Sahara, y el saber que la solidaridad es lo único que les queda a sus habitantes» señaló. «Slama está muy contento de estar aquí. Sin embargo, no nos agrada demasiado lo que pueda ver. El que haya llegado a una sociedad tan diferente a la suya, a una sociedad de consumo».
Gracias al programa Vacaciones en paz, niños de entre 7 y 12 años procedentes de estos campos de refugiados situados en Tinduf, en Argelia, se abren al mundo durante estos dos meses de verano. Además, conocen nuevas costumbres y culturas, tienen la posibilidad de recibir asistencia sanitaria y de escapar de los 50 grados a la sombra que tienen que llegar a soportar en la época estival. De la misma manera, el programa da la oportunidad a las familias vascas de conocer de primera mano otra cultura, la cultura saharaui.